Si eres un aficionado al póker, seguramente sepas ya las peculiaridades que tiene este juego en comparación con otros. Su alto componente estratégico, la importancia de la lectura del juego del rival, la formación matemática y el punto de azar que mantiene es una combinación extremadamente atractiva que cada vez encandila a más jugadores.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay muchos estilos de póker y que un experto en un estilo de juego no tiene por qué ser un maestro en otro. Si bien es verdad que el Texas Hold’em Póker es la modalidad más famosa, junto a ella conviven otras variantes que pueden resultarte igualmente interesantes.

Si quieres saber más sobre ellas, te invitamos a leer un poco más. ¡Descubre en qué se diferencian las distintas modalidades de póker!

¿Qué tipos diferentes de póker existen?

Cuando se menciona que una sala de póker permite acceder a mesas con distintas modalidades de póker, normalmente reducimos la lista, casi de manera automática, a dos variantes: Texas Hold’em y póker Omaha. Pero el póker en realidad es un juego que va mucho más allá, y hay otras variantes que no te deberían pasar inadvertidas.

Hay muchos tipos de modalidades y cada una tiene sus particularidades. Hay un estilo que incluso combina las reglas de cinco tipos de póker diferentes, así que se puede decir que existe una clase de póker para cada tipo de jugador, desde los que prefieren partidas más rápidas hasta los puristas, amantes de estilos más sosegados.

Si quieres conocer los distintos tipos de póker que existen, acompáñanos por este breve repaso en el que te contamos cómo se juega a algunas de las modalidades de póker más famosas.

Variantes de póker más populares

Texas Hold’em Póker

Pero hablemos primero del Texas Hold’em: es, con diferencia, la variante de póker más conocida del mundo. Es la más jugada y, a pesar de su complejidad, atrae a cada vez más jugadores. Siempre habrá una nueva generación de jugadores que jueguen a Texas Hold’em.

Es la variante perfecta para los jugadores que prefieren jugar con dinero real, aunque también se puede jugar sin necesidad de ir a una mesa de cash, pero lo normal es que sea la modalidad preferida de quienes sí quieren apostar con dinero auténtico.

Esta variante cuenta con una baraja de 52 cartas y está formado por cuatro rondas de apuestas. Primero, se reparten dos cartas a cada jugador boca abajo y se colocarán tres cartas comunitarias boca abajo en el centro de la mesa.

Cuando acabe la primera ronda de apuestas, se revelarán las tres cartas comunitarias y se añadirán dos más boca arriba, formando las 5 cartas comunitarias. Estas últimas dos se intercalarán en dos rondas consecutivas de apuestas, conocidas como turn y river.

Es una modalidad que hace uso de la categorización estándar de manos. Por tanto, la escalera real es la mano más fuerte, y la carta alta la más débil.

Pot-Limit Omaha

Si Texas Hold’em es la modalidad de póker más famosa en Estados Unidos por su origen tejano, en Europa se suele jugar más frecuentemente a Pot-Limit Omaha.

Esta modalidad cuenta con un estilo de apuestas distinto. Las grandes apuestas tienen cabida aquí, por eso es la variante más jugada por quienes prefieren jugar a lo grande.

Aquí, cada jugador recibe cuatro cartas de mano, y la apuesta máxima siempre será igual al número de fichas del bote. Ahora bien, aunque cada jugador recibe cuatro cartas, solo puede usar dos de ellas para formar una mano con las otras tres cartas comunitarias. Si bien no es la modalidad que prefieren los aficionados y los recién llegados, sí es un estilo de póker ideal para aprender a jugar a otros tipos de póker.

Omaha Hi-Lo

La principal diferencia entre el Pot-Limit Omaha y el Omaha Hi-Lo es que en la primera modalidad el jugador recibe cuatro cartas, pero solo puede usar dos para formar una mano con las comunitarias, mientras que en la segunda modalidad el jugador está obligado a emplear las cuatro.

Esto es así porque en el Omaha Hi-Lo el jugador que busque la victoria no solo está obligado a formar la mano más alta: también la más baja. La premisa es sencilla: el jugador que consiga formar tanto la mano más alta como la más baja se lleva el bote.

La clasificación de manos es idéntica a la que se emplea en Texas Hold’em. Lo único que para clasificar la mano más baja, todas las cartas de la mano deben ser de 8 o un valor inferior.

Seven – Card Stud

Es uno de los tipos de póker más añejos. También llamado Stud de 7 cartas, antes era el rey de las salas de póker, antes de que el Texas Hold’em empezase a ser tan popular.

El Seven – Card Stud es un juego de límites, de ritmo pausado y de mucho seso. Se requiere paciencia y cerebro para crear estrategias efectivas. Ese estilo sosegado, contrapuesto a los frenéticos torneos spin o partidas sin límite, ha hecho que su popularidad vaya decayendo, aunque todavía existen puristas que prefieren este estilo más lento de juego.

Se juega, como su nombre indica, con siete cartas. No obstante, aquí no hay cartas comunitarias. Al empezar cada ronda, a cada jugador se le dan tres cartas, dos boca abajo y una boca arriba, después de pagar un ante. Cuando finaliza la primera ronda, todos reciben una cuarta carta destapada. El proceso se repite con la quinta y la sexta. Al llegar a la séptima carta, se reparte tapada.

Quienes llegan a la fase final deben mostrar todas sus cartas para determinar el ganador. La victoria se decide con la clasificación de manos de póker estándar.

H.O.R.S.E.

H.O.R.S.E. es un juego para profesionales. El nombre deriva de varios estilos combinados: Hold’em, Omaha, Razz, Seven-Card Stud y Eight or Better Seven-Card Stud.

Decimos que es para profesionales porque requiere conocer al dedillo las normas de los cinco estilos de póker, y además ser medianamente competitivo en todas ellas. Aunque se pueden compensar las carencias de un estilo con el buen desempeño en el resto, es preferible intentar mejorar en todos ellos para intentar ser el jugador más completo de la mesa.