El limping. Otro de los conceptos de póker que hay que conocer para mejorar el juego y coger ese bagaje que diferencia a un buen jugador de un jugador profesional. En el enorme mundo de las estrategias y las tácticas de póker, el limping es una de las más controvertidas y polémicas.
¿Por qué? Porque, por motivos que más adelante desvelaremos, limpear está desaconsejado. Pero vayamos paso a paso. Primero vamos a contarte qué es limpear, en qué consiste, por qué en principio es una buena idea y cada cuánto, si procede, deberías considerar la opción de limpear en póker.
¿Qué es limpear en póker?
Cuando en póker sale a relucir el término “limpear”, se refiere al hecho de igualar la apuesta mínima requerida para acceder a una mano durante la ronda de apuestas preflop. Dicho de otro modo: limpear es cuando un jugador paga solo la ciega o la apuesta inicial, en vez de decidir subir la apuesta.
Normalmente, los limps los hacen aquellos jugadores que no saben qué hacer, o quienes no tienen la suficiente experiencia como para jugar sin comprometer buena parte de su stack.
¿Por qué limpear es malo en póker?
En principio no hay nada de malo por limpear en póker, pero sí está desaconsejado en algunos supuestos. Cuando se dice que limpear es malo en póker, es porque es una técnica que adolece de una preocupante falta de agresividad inicial, lo que automáticamente coloca al jugador en una clara posición de desventaja.
Esa falta de agresividad provoca además que el jugador apenas puede ejercer influencia alguna en la mano y, por ende, que no tenga la opción de controlar el tamaño del bote. Si no se sube la apuesta, el jugador queda expuesto a que otros jugadores con manos mediocres puedan entrar en la mano a un precio más bajo, y eso afectará a sus posibilidades de ganar.
Además, limpear suele tender a ser un reflejo de una mano débil e incluso marginal. A ojos de un jugador profesional, si limpeas quedarás retratado como un jugador con una mano débil, y harán todo lo posible por explotar esa debilidad en las calles siguientes.
Otro punto importante: al limpear, es más probable que varios jugadores vean el flop, disminuyendo tus posibilidades de ganar con manos malas. Las pot odds dejan de serte favorables, obtienes menos valor por tu inversión y así un cúmulo de catastróficas desdichas que pueden hacer que todo se te ponga en contra.
Falta de agresividad inicial significa escasa influencia en la mano. Por tanto, tu iniciativa se verá mermada de entrada. Eso te impedirá tomar el control de la mano y ejercer la presión deseable sobre el resto de jugadores. Subir la apuesta lo que te permite es robar botes y detectar debilidades en las manos de tus contrincantes, haciendo que se te empiece a respetar, así que eso tenlo en cuenta.
Te puedes ver abocado a tener que tomar decisiones complicadas en rondas tardías. Limpear hasta puede hacer que quedes atrapado en un bote grande, con una mano que no es lo bastante fuerte como para asumir el coste de entrar. Y eso no es bueno.
¿Deberías limpear alguna vez en póker?
A pesar de que limpear en póker conlleva riesgos y tiene importantes hándicaps, evidentemente hay ocasiones en las que la opción estará sobre la mesa y será plausible. La pregunta del millón es cuándo sí limpear. Veamos tres ejemplos de situaciones en las que limpear puede ser una opción a tener en cuenta:
- Cuando se juega contra villanos muy agresivos. Si te metes en una mesa donde los rivales son extremadamente agresivos, limpear puede serte útil para poder atraparlos y ampliar tu margen de ganancias cuando apuesten.
- Cuando se apuesta por un bluff. Si vas a basar tu juego en engañar al resto, limpear te puede venir bien cuando, por ejemplo, hayas subido apuestas en las manos anteriores. Si tienes una mano fuerte y limpear, pillarás a más de uno por sorpresa. Eso les confundirá y les empujará a jugar de manera algo errática.
- Cuando se juega con manos de bajo valor. No suele pasar, pero es posible que cuando juegues en early possitions con manos concretas y que tengan un valor escaso, quieras ver el flop a un coste muy bajo. Limpear entonces se convierte en una opción a tener en cuenta.
En resumen: limpear es una estrategia más que puedes usar como recurso en ciertos supuestos, pero son tantos los riesgos que corres limpeando que muchas veces está desaconsejado hacerlo. Analiza muy bien la situación y decide cuál es la mejor manera de encarar tu juego.