Son las dos variantes de póker más jugadas en todo el mundo y, aunque comparten muchos aspectos de su dinámica de juego, cuentan con profundas diferencias que hace que cualquier cambio brusco de estilo pueda afectar hasta al jugador más experimentado.
Por eso, conocer las premisas de cada estilo de juego antes de dar el salto es tan importante. Y ten en cuenta que muchos jugadores profesionales adaptados al Texas Hold’em se las han dado de bruces al principio nada más empezar a jugar al póker Omaha, y viceversa. Y es que, cuando la mente funciona como un todo y se ha adaptado por completo al entorno, resulta difícil proponerle nuevos desafíos.
Texas Hold’em vs Omaha: diferencias básicas
El Texas Hold’em y el Omaha son como la noche y el día. Y es que la manera en la que plantean la victoria en cada caso es tan distinta que obliga al jugador a adaptarse al nuevo estilo de juego si ha estado acostumbrado a jugar a una modalidad específica de juego durante mucho tiempo.
En ambas variantes de juego se cuentan con varias calles, desarrollándose la partida en una sucesión de rondas: preflop, flop, turn y river.
Pero las diferencias son más numerosas. A grandes rasgos, las principales diferencias entre el Texas Hold’em y el póker Omaha son las siguientes:
- En cada estilo de juego la distribución de las cartas cambia. En el Texas Hold’em, los jugadores reciben dos cartas cada uno en el preflop, mientras que en el Omaha póker se reciben cuatro. A mayor cantidad de cartas, con más facilidad se podrán formar las manos.
- Texas Hold’em vs Omaha en la formación de manos. En el póker americano se pueden usar o no las cartas comunitarias para formar la mano. En el Omaha hay una distribución preestablecida que obliga a los jugadores a usar un número específico de cartas propias (2 de las 4) y comunitarias (3 de las 5).
- Las combinaciones cambian. En el póker Hold’em, es posible formar hasta 1.326 combinaciones con las dos cartas propias. En cambio, al repartirse cuatro cartas por jugador, en el Omaha las combinaciones ascienden hasta 270.725.
Cómo jugar Texas Hold’em
Tras haber recibido cada jugador sus dos cartas propias, el Texas Hold’em continúa con el papel del dealer, que reparte tres cartas comunitarias sobre el tapete. Esto es el flop. Cuando son mostradas, se abre una ronda de apuestas. Le seguirán el turn y el river, con una carta común adicional añadidas al inicio de cada calle.
Justo después del reparto de las dos cartas iniciales de cada jugador, se abren las apuestas preflop. Es normal que en el preflop todo el mundo juegue, y conforme se vayan mostrando cartas comunes quienes no vean claro su juego se vayan descolgando de la mano.
Grosso modo, esa esa la dinámica de las partidas de póker Texas Hold’em. El objetivo es simple: utilizar cualquier combinación entre las cartas propias y las comunitarias para formar la mejor mano. La mano más alta gana.
Cuando acaba la última ronda, el river, llega el showdown. En el enfrentamiento final, los jugadores que hayan apostado hasta el final deberán enseñar las cartas. Quien haya logrado dar forma a la combinación de cartas más alta según el ranking del Texas Hold’em, gana.
En caso de empate, lo que ocurre es que el bote se divide de manera equitativa entre los jugadores que han igualado la mejor mano.
Las jugadas que se pueden hacer durante una partida de Hold’em son:
- Check. Pasa el turno. Si nos toca y nadie ha apostado, podemos decidir no realizar ninguna acción. Eso nos permite mantenernos en la mano sin haber apostado nada. Si algún rival apuesta, podremos decidir si retirarnos de la mano (fold), igualar la apuesta (call) o subirla (raise).
- Fold. Retírate de la mano. Si ves que las cartas no te van a ser de mucha ayuda para hacer realidad tu proyecto, lo mejor es que te retires de la mano. Se estima que los buenos jugadores solo juegan 1 de cada 10 manos.
- Bet. Apuesta. Es la acción de apostar y poner fichas en el tapete.
- Call. Iguala la apuesta. Cuando estemos jugando y queramos igualar la apuesta del rival que ha hablado antes que nosotros, haremos call. Esto se interpreta como querer seguir en el juego, y sin miedo a apostar menos que el rival.
- Raise. Sube la apuesta. Si quieres aumentar la apuesta, haz raise. Cuando haces raise, los jugadores que están en la mano pueden hacer fold, call o raise. Si vuelven a subir, hablamos de un re-raise.
Cómo jugar partidas de póker Omaha
La estrategia dependerá de si jugamos Pot Limit Omaha, No Limit Omaha o una partida de póker Omaha con límite fijo. Lo esencial es entender que el póker Omaha se juega con cuatro cartas ocultas, y que puedes elegir qué dos de ellas van a formar parte de tu mano, junto con otras tres de las cinco comunitarias que saldrán.
Las partidas de póker Omaha comparten con el Texas Hold’em las calles y las jugadas que puedes hacer en tus turnos, por lo que todo lo que te hemos contado unas líneas más arriba respecto a eso puedes reutilizarlo y aplicarlo a las partidas de póker Omaha.
Una peculiaridad del póker Omaha es la tendencia a que se formen botes divididos. Dado que las combinaciones de manos son mayores que en la variante tejana, es más plausible que existan empates y, por tanto, que el bote acabe siendo repartido.